Desde
1958, aproximadamente, se viene dando una iniciativa para conformar
un gobierno mundial democrático y federado de naciones libres, bajo
los principios del “Manifiesto
de la Federación de la Tierra” y la “Constitución para la
Federación de la Tierra”, principios de equidad, justicia,
libertad y paz. Es un nuevo paradigma civilizatorio, un paso
holístico, de unidad en la diversidad, en la historia universal. El
“Movimiento por la Federación de la Tierra” tiene miembros de
120 países.
Sostienen
que la paz sólo puede
alcanzarse mediante un gobierno mundial
que se base en un derecho
internacional vinculante aplicable
a los individuos,
legislado por un Parlamento
Mundial y regido por un Gobierno Mundial desmilitarizado y sin
secretos. Para ser
miembro es necesario comprometerse al desarme,
aspecto fundamental. El que la legislación se aplique a los
individuos es un aspecto importante, al no diluir la responsabilidad
en las organizaciones y corporaciones. Afirman que vivimos en una
“encrucijada final”, sufrimos graves problemas de orden global
que sólo pueden ser atacados holísticamente. Estiman que el
sistema mundial actual está fragmentado, es inoperativo, pues se
basa en la “soberanía” de los países, cuando muchos de los
problemas escapan de las fronteras, como la crisis climática, el
problema del agua, la inseguridad alimentaria, la pobreza, las
enfermedades, la educación, las guerras y las armas de destrucción
masiva, el terrorismo, la deuda económica, el abuso de las
transnacionales, la grave crisis económica y financiera mundial,
etc.
Además,
el sistema mundial actual es inmoral, basado en la dominación, en
las estructuras de avaricia y explotación. Sus estructuras no pueden
ser reformadas, porque son fragmentos afirmados en un poder bruto, en
caos y violencia.
Los
pobres y desposeídos del mundo son la esperanza de la humanidad,
para salir del sistema global de explotación y dominación económica
impuesto por el dominio de los monopolios, las corporaciones
internacionales y los gobiernos imperialistas, bajo figuras
internacionales ajustadas a sus intereses, como el BM, el FMI, GATT y
la OMC, y los foros secretos privados. La
ONU es un “escudo ideológico” para la preservación de ese
sistema. No se pretende “democratizar” esas instituciones, sino
establecer un nuevo
orden mundial (y no
descarta mantener algunas organizaciones muy positivas de la ONU). Se
trata de una “revolución pacífica”, sin necesidad de expropiar
la abundancia de los ricos
para crear equidad, libertad, justicia, paz y prosperidad globales,
pero que elimina el pillaje de las corporaciones capitalistas y la
“soberanía absoluta”
de las naciones.
Se
propone la promoción de una Constitución Mundial, a través de un
proceso de discusión que trascienda la opinión de las naciones y
las ONGs, que no tienen el derecho a hablar por toda la humanidad.
Tienen redactado un proyecto que ha sido discutido en varias
reuniones internacionales.
La
propuesta parte de una supuesta incapacidad de satisfacer las
necesidades de la creciente población mundial con los limitados
recursos de la Tierra. Plantea
la reducción del crecimiento poblacional como parte de la
estrategia.
El nuevo
sistema mundial se propone prevenir la guerra, asegurar el desarme y
resolver las disputas territoriales, proteger los derechos humanos,
erradicar la pobreza en la Tierra, obtener condiciones para un
desarrollo económico y social equitativo, regular el comercio
mundial, proteger el medio ambiente y solucionar los problemas que
estén más allá de la capacidad de los gobiernos nacionales.
Es un
gobierno no militar, democrático.
Establece
siete principios fundamentales para el gobierno mundial:
- Democratización del crédito, con tasas de interés no explotadoras y un valor de la moneda de la Tierra independiente de las instituciones financieras. Se cree que poniendo mucho dinero en manos de muchos, se creará prosperidad. No se trata de expropiar a los ricos, sino de no permitirles que acumulen más recursos productos de la explotación.
- Transferencia de tecnología a gran escala, revisando las leyes de propiedad intelectual (reconocer las ideas patentadas mediante el pago de honorarios razonables).
- Programas educacionales masivos, a través de la tecnología y los medios de comunicación, puestos al servicio de todos.
- Regionalizar la economía, de modo que la producción sea local y regional y el dinero circule en las regiones (prohibir exportaciones de capital). Producción de lo necesario en cada localidad.
- El salario no puede ser manejado por el “mercado”, como tampoco los servicios básicos (agua, electricidad, salud) que deben ser provistos por el gobierno. El mercado es ciego ante los valores no comerciales, tales como la comunidad, los derechos humanos, el sostén, la equidad, la justicia y la paz.
- Leyes económicamente estables y equitativas. La tierra y los recursos naturales serán reconocidos como pertenecientes a los pueblos. La propiedad intelectual pasará de “derecho absoluto” a “derecho condicional”.
- El gobierno se hará cargo de los desempleados y subempleados y creará proyectos productivos para ellos: restauración del suelo, replantación de bosques, construcción de escuelas y centros de salud y de sistemas de agua, etc.
Establece
1.000 Distritos Electorales (todos con aproximadamente la misma
población, digamos 6.000.000 de personas), agrupados en 20 Regiones
Electorales y Administrativas, que a su vez se unen en Regiones
Magna. Los límites se adecuarían en lo posible a los límites
actuales de los países. La última escala sería cinco Divisiones
Continentales.
El
Gobierno Mundial tendría un Parlamento Mundial, un Ejecutivo Mundial
(con su Administración Mundial), el Poder Judicial Mundial, el
Sistema de Coerción y la Defensa Pública Mundial. Tendrá cinco
sedes, una en cada Continente, de las cuales una será principal.
El
Parlamento propuesto tiene tres cámaras: los Consejeros (que
representan a toda la humanidad), de las naciones (que representan a
cada nación, con un número de delegados en función de su
población) y de las gentes (que representan a los ciudadanos, en
1.000 distritos electorales).
Elabora las leyes, aprueba los presupuestos, aprueba los
nombramientos, define los límites de los Distritos Electorales y
elabora el plan de puesta en marcha de la Constitución.
El
Ejecutivo está formado por
un Presidium de cinco miembros (uno de cada Continente), que se
alternan la presidencia. Son electos por el Parlamento en sesión
conjunta. No pueden vetar
decisiones del Parlamento, ni disolverlo.
Los miembros del gabinete deben ser miembros del Parlamento Mundial.
La
coerción será no militar, utilizando medios como la negación de
créditos o recursos, multas, restauración de los daños, prisión o
aislamiento. Se establece el derecho a ser escuchado.
Establece
una amplia lista de derechos: igualdad sin discriminación,
aplicación equitativa de la ley, libertad de pensamiento y
expresión, de reunión y asociación, de ejercicio libre del voto,
de religión e ideología, de traslado, de propiedad, de trabajo,
educación y salud, prohibición de la esclavitud, de recluta
militar, de tortura, etc. Y a nivel de las naciones, libertad de
determinar su sistema político, económico y social.
Deja
abierta la posibilidad de establecer territorios libres, no
militarizados, al margen de la Federación, siempre que no
representen más del 10% del territorio de la Tierra. Así mismo,
establece zonas federales para el ejercicio del gobierno mundial.
También se declaran como territorio mundial la Luna, los océanos
internacionales (después de los 20 Kms.) y la atmósfera (desde 1
Km).
El
Gobierno Mundial manejará las relaciones exteriores con naciones que
no formen parte de la Federación, así con otros planetas y cuerpos
celestes.
Como
estrategia propone iniciar con una declaratoria simultánea de al
menos 25 naciones, para
contrarrestar la reacción adversa de las corporaciones mundiales
(bloqueo y retiro de créditos a los participantes). Aquellas
corporaciones que no colaboren serían nacionalizadas o
mundializadas. Se prevén
tres etapas para su implementación.
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