Ciudadanía Universal





Glen T. Martin, Ph.D.
Presidente de la Asociación para la Constitución y el Parlamento Mundial (WCPA)

Las naciones Unidas está más allá de las reformas. Está más allá del remiendo. Es la organización más importante del mundo para ayudar a salvar la especie humana y a la Madre Tierra, pero tiene que ser reinventada, y no incluir todo tipo de pequeños trucos”. 
Padre Miguel D’EscotoEx Presidente, de la Asamblea General de la ONU
Ex Ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua
(Entrevista con “Democracy Now”, Cochabamba, Abril 2010)


La Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU proclamada por la ONU en 1948, asegura que todo ser humano tiene dignidad y derechos inherentes, y que esos derechos no surgen de los sistemas legales de las naciones-estado sino que son universales a todo ser humano. En las palabras de Hernán Santa Cruz, de Chile, un miembro de la comisión redactora, este documento excepcional aseguraba “el valor supremo de la persona humana, un valor que no se origina en la decisión de un poder mundano, sino más bien en el hecho de existir”. El artículo 6 establece que “todo el mundo tiene el derecho de ser reconocido ante la ley en todas partes como una persona”

Esto significa que todo el mundo en la Tierra tiene el derecho a ser un ciudadano legalmente reconocido en el mundo: en otras palabras “un ciudadano del mundo”. Sin embargo, las Naciones Unidas están basadas en una gigantesca contradicción. Sus principios establecidos de paz, derechos humanos universales y protección para nuestro ambiente planetario son universales y aplican a todas las gentes, pero la Carta de las Naciones Unidas coloca todo el poder legal y la autoridad en las manos de estados-nación soberanos, especialmente los 5 miembros permanentes del Concejo de Seguridad, y las naciones-estado no son universales. Ellas constituyen 193 entidades legales independientes que cubren los diferentes territorios de nuestro planeta.

Es por esto que hoy tenemos guerras desarrollándose en todo el planeta. La ONU no tiene autoridad para detener a las naciones imperiales de invadir y destruir país tras país: desde Yugoslavia a Afganistán a Irak a Yemen a Libia a Siria y más allá. La Carta de las Naciones Unidas deja todo el poder en la mano de naciones soberanas, especialmente los cinco miembros permanentes del Concejo de Seguridad para que hagan lo que deseen, y promuevan la explotación de los pobres de la Tierra por sus corporaciones multinacionales sin restricciones legales.

Los millones de refugiados y personas sin estado creadas por este proceso horrífico sólo demuestra la contradicción en el corazón de la ONU: “cada persona tiene el derecho a ser reconocido en todas partes como una persona ante la ley”, pero un sistema de unas 193 naciones soberanas no quiere reconocer a toda persona ante la ley, sino sólo a sus propios ciudadanos. De allí, el mundo está inundado de las llamadas “personas ilegales”. ¿Cómo puede cualquier persona nacida en la Tierra ser “ilegal” simplemente porque ha dejado su hogar?

Como Presidente de la Asociación por la Constitución y el Parlamento Mundial (WCPA), yo asistí a la Conferencia Mundial de la Gente en Tiquipaya, el 20 y 21 de junio de 2017. La declaración oficial de la conferencia declara que debemos “colapsar los muros que nos dividen y construir desde allí la Ciudadanía Universal, que consagra el derecho de todos a tener y disfrutar en plenitud los mismos derechos para el buen vivir de la humanidad”. Pero tal cosa no puede suceder bajo la Carta de la ONU, que, en contradicción con la Declaración de Derechos Humanos de la ONU, restringe la ciudadanía legal sólo a los ciudadanos de las personas dentro de los 193 estados-nación diferentes.

Hoy hay muchas páginas web y organizaciones que proclaman la “ciudadanía universal”. Pero esto permanece sólo como un ideal cultural y no una categoría legal. Como dijo en la conferencia Freddy Ehlers, ex Ministro del Buen Vivir de Ecuador, cuando él viaja en un avión y mira por la ventana él nunca ha visto una frontera nacional. Desde 1962, cuando los primeros astronautas enviaron fotografías de la Madre Tierra, nadie había visto nunca una frontera nacional desde el espacio. Todos somos ciudadanos de este planeta primero y accidentalmente ciudadanos de éste o aquél país por el accidente del nacimiento.

Para hacer de la Ciudadanía Universal una categoría universal, cumpliendo así con el artículo 6 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, tenemos que reemplazar a la Carta de la ONU con la Constitución para la Federación de la Tierra. Nuestro problema no es ésta o aquélla nación imperial o corporación global determinada a explotar a los pobres. Nuestro problema es con la estructura del sistema mundial en sí, una estructura que divide a la humanidad en unas 193 naciones soberanas, la mayoría militarizadas. Es esta la estructura que niega inherentemente la ciudadanía universal, así como los derechos humanos de todo tipo. Es esta estructura la que hace posible e incluso alienta al imperialismo, la guerra, la explotación y la destrucción ambiental.

Tenemos que cambiar este sistema fragmentado por un sistema mundial holístico de unidad en la diversidad o destruiremos pronto nuestro planeta mediante las guerras nucleares y/o el colapso climático. La única forma de crear un sistema efectivo de verdadera ciudadanía universal es cambiar el sistema en sí reemplazando la Carta de las Naciones Unidas por la Constitución Mundial e integrando todas las agencias valiosas de la ONU en el Gobierno de la Federación del Planeta Tierra. Si nosotros, la gente de la Tierra, reconocemos nuestra soberanía (de todas las gentes de la Tierra) y creamos una autoridad pública para que represente esa soberanía, entonces tendrá el poder para detener a los imperialistas (como Donald Trump), o a los creadores de armas de destrucción masiva, a los explotadores corporativos de la gente pobre en todo el mundo. La regla de ley democrática en el mundo debe ser aplicable a todos.

Bajo el actual sistema de un mundo fragmentado en unas 193 entidades, protegidas por la Carta de la ONU, simplemente no hay forma efectiva de proteger a la ciudadanía universal ni otros derechos humanos. Actualmente no hay ley en el mundo más allá del nivel de las naciones soberanas. Globalmente, el pez grande se come al pequeño. Hacen lo que quieren porque no hay ley aplicable para detenerlos.

Examinemos el sistema creado por la Constitución de la Tierra.
La visión global proporcionada por la Constitución para la Federación de la Tierra

La Constitución fue escrita por muchos ciudadanos del mundo entre 1968 y 1991. El Presidente del Comité de Redacción de 25 personas fue el Dr. Reinhart Ruge de México. Los cinco autores principales fueron el Dr. Terence Amerasinghe de Sri Lanka, Hon. S.M. Husain de la Corte Suprema de Bangladesh, Philip Isely de los Estados Unidos, el Profesor de Derecho D.M. Spencer de Mumbai, India, y el Dr. Max Habicht de Suiza. Es realmente un documento producido a nivel mundial.

La Constitución puede ser ratificada democráticamente bajo su Artículo 17. Pero también puede servir como una visión y un ideal regulador para que la humanidad busque un sistema mundial justo, libre, próspero y sostenible.

  • La Constitución establece un Parlamento Mundial de Tres Cámaras, representando a todas las naciones y pueblos.
  • La Constitución establece la ciudadanía jurídica mundial y la protección del derecho democrático a todas las personas en todas partes (eliminando el grave problema de las llamadas personas "ilegales", inmigrantes, apátridas y refugiados).
  • La Constitución establece un procedimiento sistemático y plenamente responsable para que las naciones de la Tierra eliminen las armas de destrucción masiva y eventualmente todas las armas de guerra.
  • La Constitución establece un Poder Judicial Mundial con la autoridad para llevar a la justicia a todos los violadores del derecho mundial: incluso los líderes de las poderosas naciones imperiales ya no tienen impunidad.
  • La Constitución establece un Ombudsman Mundial para proteger los derechos humanos básicos en todas partes, incluidos los derechos económicos, y los derechos a la paz y un medio ambiente sostenible.
  • La Constitución establece una fuerza civil de la Policía Mundial con autoridad incluso sobre las naciones más grandes y sus líderes.
  • La Constitución protege la autonomía y la independencia de los asuntos internos para todas las naciones, incluso las más pequeñas. Se basa firmemente en el principio de unidad en la diversidad.
  • La Constitución establece un sistema económico global de socialismo democrático que elimina la explotación neoliberal y fomenta las relaciones económicas que fomentan el bien común. Da al Parlamento Mundial amplia autoridad para autorizar, regular y reformar las corporaciones multinacionales al servicio del bien común y la protección de la naturaleza.
La Constitución establece instituciones para la protección cuidadosa y sistemática del ambiente global y asegura que éstas sean seguidas en todas partes de la Tierra, incluso dentro de las naciones más grandes. Hace de cada persona en la Tierra un ciudadano mundial de nacimiento con sus derechos humanos universales completamente protegidos. Estos derechos incluyen el derecho a la paz y a un ambiente planetario protegido. Ya era tiempo de que comenzáramos a pensar fuera de la caja y visionar realmente y unirnos en la diversidad efectivamente todos los seres humanos de la Tierra.

Decenas de miles de personas de todo el mundo ya han firmado personalmente la Constitución Mundial. De esa forma, la Constitución (y nuestra organización) reconoce a esas personas como Ciudadanos del Mundo sujetas por esta autoridad a la ley mundial. Por supuesto, esta ciudadanía no está aún legalmente con fuerza de ley hasta que la Constitución haya sido ratificada mediante el proceso democrático definido en el artículo 17. Sin embargo, el artículo 19 reconoce el derecho y el deber de la gente a nivel mundial a comenzar el Gobierno de la Federación de la Tierra ahora. No necesitamos esperar hasta que la ratificación se lleve a cabo por el artículo 17.

La Asociación por la Constitución y el Parlamento Mundial (WCPA), patrocinador de la Constitución de la Tierra, ya ha tenido 14 sesiones del Parlamento Mundial Provisional, y ha patrocinado el desarrollo del Colegio de Jueces Mundiales contemplado en la Constitución para establecer el Sistema de Corte Mundial. El Juez David Percy Quispe Salsavilca de Lima, Perú, es un miembro directivo de este Colegio. Bajo el artículo 19 somos también animados a comenzar el sistema de la ciudadanía mundial legal. Si las naciones y las gentes de Latino América desearan hacerlo, podrían ser pioneros en desarrollar un sistema de ciudadanía universal bajo la autoridad del artículo 19 de la Constitución Mundial. Líderes de la WCPA estarían felices de ir a cualquier lugar en América Latina a ofrecer seminarios, charlas, o literatura sobre la estructura de la Constitución de la Tierra y sobre cómo proceder con tales iniciativas.


Nuestras Oficinas de América Latina son atendidas por la Lic. Celina García en San José, Costa Rica, Leopoldo Alberto Cook Antonorsi en Guatire, Venezuela, o Reynaldo Cuadros Anaya, Ph.D., en Cochabamba, Bolivia. La Constitución también está disponible en una traducción nueva y mejorada en estos sitios web:

www.earth-constitution.org. Sitio web de la Constitución de la Federación de la Tierra
www.worldparliament-gov.org. Parlamento Mundial Provisional de la Federación de la Tierra

La Constitución podría inspirar estrategias organizativas para reunir a las uniones africanas, asiáticas, europeas y latinoamericanas hasta el punto en que el imperialismo y la dominación económica corporativa sean removidas de la Tierra. Los seres humanos pensantes de las generaciones futuras en todas partes les agradecerán por su visión y solidaridad global bajo el hermoso principio de unidad en la diversidad.

Un mundo sin muros y la verdadera ciudadanía universal requiere que reemplacemos la Carta de las Naciones Unidas con la Constitución Mundial e integremos todas las agencias de la ONU en el gobierno de democracia socialista de la Federación de la Tierra. El Padre Miguel d’Escoto estuvo en lo cierto en afirmar que las Naciones Unidas están “más allá de la reforma”. Debemos dejar de intentar pequeños remiendos a un sistema basado en premisas falsas y contradicciones internas desde sus raíces.

Debemos adoptar un nuevo marco de unidad real en la diversidad y verdadera e igual ciudadanía legal para todos en la Tierra. Las naciones y las gentes de Latino América deberían estudiar la Constitución de la Tierra con el fin de moverse hacia un orden legal unificado para todos en la Tierra. En esto ellos podrían ser verdaderos líderes mundiales, haciendo al mundo un lugar mejor para la humanidad. Este es el verdadero significado del concepto de Ciudadanía Universal. Debe ser una categoría legal real que derive de un gobierno democrático real para la Tierra.







1 comentario:

  1. Saludos amigos de acpmvenezuela . Hablando de ciudadanía mundial, les presento a continuación una propuesta que pudiera ser de su interés:

    UNA CIUDAD-ESTADO SUSTENTABLE Y AUTOSUFICIENTE VIRTUAL, PARA CAMBIAR EL SISTEMA A NIVEL MUNDIAL

    A pesar de la elevada calidad de vida que han logrado alcanzar algunas de las llamadas naciones desarrolladas, lo cierto es que el mundo, considerado como un conjunto de países ubicados en una biosfera frágil y geográficamente limitada, está amenazado de extinción por causa de la depredación del medio ambiente y los conflictos humanos.
    No obstante las buenas e importantísimas acciones tomadas por grupos e individualidades en pro de un mundo mejor, el deterioro a todo nivel continúa aumentando peligrosamente.
    Después de más de treinta años dedicados a estos asuntos, y por aquello de que “una imagen vale más que mil palabras” se nos ha ocurrido una estrategia alternativa, la cual consiste en el diseño de una ciudad piloto sostenible y autosuficiente que posea todas las características de infraestructura y organización correspondientes a la sociedad pacífica y sostenible que deseamos para nosotros y nuestros descendientes, y cuya presentación en forma de maquetas, series animadas, largometrajes, video juegos y parques temáticos a escala real, serviría de modelo a seguir para generar los cambios necesarios.
    El prototipo que presentamos posee algunas características que se oponen, a veces en forma radical, a los usos y costumbres religiosos, económicos, políticos y educativos que se han transmitido de generación en generación, pero que son los causantes de la problemática mencionada, por lo que deben ser transformados.
    Si les interesa conocer este proyecto, o incluso participar en él, los invitamos a visitar nuestro sitio web https://elmundofelizdelfuturo.blogspot.com/ (escrito en español y en inglés), donde estamos trabajando en ese sentido.

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